sábado, 31 de octubre de 2009

HACIA EL TRICENTENARIO


En junio de 2005 el diario Página 12 abrió sus páginas a una nota dedicada al Bicentenario Argentino como oportunidad para encarar obras emblemáticas.( ver link BICENTENARIO ). “En cada época –señalaba - existe un potencial innovador original esperando la ocasión de manifestarse; cuando el evento singular permite su concreción, llega a trascender sus límites temáticos. Pensando en el horizonte del 2010, cabe preguntarse cuál es el frente de innovación que puede tener vigencia durante los cinco próximos años.”
Hubo desde entonces muchas iniciativas; algunas, generadas en la Secretaría de Cultura de la Nación, que proponía instalar un Palacio del Bicentenario en la zona portuaria de Buenos Aires; concursos que fueron patronizados por autoridades nacionales y municipales, asociaciones profesionales y alguno, también, conjuntamente con una gran empresa inmobiliaria. Pero en definitiva, en mayo de 2010 la ciudad no habrá ganado ninguna nueva obra permanente de gran aliento.
Si, más o menos para la misma época, Lionel Messi no marcara un solo gol, seguramente la reacción general sería diferente; en cambio, la sequía de realizaciones arquitecturales no parece llevar a nadie a rasgarse las vestiduras. Es como si los responsables no hubieran conferido una alta prioridad a la viabilidad dentro del horizonte marcado por la fecha.
Se celebraron concursos que insumieron grandes dosis de trabajo y dinero; uno intentaba reciclar el Palacio de Correos como centro cultural; otros se abocaban a refuncionalizar el frente costero Norte de la ciudad. Con una serie de anteproyectos se hicieron campañas de imagen institucional, incluyendo libros en edición de lujo y encuestas públicas conducidas por animadoras fashion.
Igual, Buenos Aires seguirá sin realizar un nuevo paradigma de espacio cultural; tampoco contará con el auditorio que necesitaría para que eventos musicales multitudinarios dejen de celebrarse exclusivamente en cines o recintos deportivos.
A los viajeros que lleguen desde Ezeiza por la Avenida Lugones, lo más llamativo que se les podrá mostrar seguirán siendo las construcciones multiplantas de la Villa 31.
Aparte de constatar la abdicación a las realizaciones tangibles, cabe tratar de deducir qué matrices de valor se tenían en cuenta para elegir las ideas más coherentes con la ocasión
Una de las 12 propuestas finalistas, consideradas para un hipotético emblema de la identidad nacional, consistía en erigir un Museo Guggenheim; lo cual, desde luego, sería prerrogativa de unos gringos respetables. que ya expresaron públicamente su voluntad de radicarse no en la Argentina sino en Brasil.
Queda así para nuestro tercer siglo de vida la asignatura pendiente de dotar a Buenos Aires de un gran espacio cultural, popular, innovativo, un nuevo ícono nacional: algo así como un anti-Guggenheim.