viernes, 7 de noviembre de 2008

¿Qué es un ícono urbano?

A un año y medio del Bicentenario, es lógico que se hable de dotar a nuestra capital de nuevas estructuras icónicas.
La razón es obvia: todavía se está a tiempo de producir señales visibles comparables a las que dejó en Buenos Aires el 1er Centenario.
Ya que una idea viable podría realizarse, si es lo que realmente se desea, vale la pena repensar los atributos de los ejemplos más ilustres.
Un ícono urbano empieza por asumir una identidad visual carismática; esa pregnancia original suele conducir naturalmente a allegarle otros significados,
La torre Eiffel se construyó en 1889, y los comienzos de la radio le confirieron una función mediática, como antena de la TSF. La Torre del Parlamento de Londres es de 1858; el Big Ben, su campana principal, la convirtió de inmediato en un ícono sonoro; un siglo después, adquirió una dimensión mediática como señal visual y sonora de la BBC.
En el siglo XXI, parece natural conceptualizar la dimensión comunicativa y mediática desde el vamos. Es lo que se planteó un grupo de profesionales que integramos con Fanny Fingermann en el diseño visual y Nahuel Sauza en el diseño sonoro; Nahuel pertenece al Laboratorio de Investigación y Producción Musical (LIPM), en el Centro Cultural Recoleta.
Como la revelación precede a la creación, empezamos por un nombre icónico: el Reina del Plata. Connota al tango gardeliano, supremo presentador de la ciudad y del río.
Los contenidos del patrimonio cultural popular ayudan a no caer en la mera pirotecnia formal.
La estructura tiene una altura de 40 metros, la máxima permitida en la zona costera para la que fue pensada.
Incluye un mirador, un restaurante giratorio, un centro
mediático; y una estructura envolvente luminosa con forma de icosaedro.

Nahuel Sauza compuso una banda sonora electrónica de carrillón, sobre los versos iniciales del tango conocido. Integraría la identidad visual y sonora de una nueva señal radiotelevisiva del Cono Sur.Algo así como un Big Ben tanguero

Este texto aspira a dar un cuadro teórico-práctico de la situación del diseño a principio del siglo XXI. Para ello reformula los conceptos fundacionales de los grandes precursores del diseño y actualiza la visión de lo que esta ocurriendo. De esa visión resulta que el diseño como aventura cultural goza de buena salud, aunque no siempre circule por los carriles convencionales que invocan su nombre Se identifican los focos de innovación y las principales aperturas. Un denominador común es la obsolescencia de categorías como diseño industrial y diseño gráfico. Ello, porque la tecnología líder ya no es la industrial sino la informática. Diseño Posindustrial traza un mapa de ese nuevo universo y se propone ayudar al lector a insertarse en él activamente.